haciendo lo que se puede y más, aunque resulte una frase obvia!

martes, 30 de marzo de 2010

Con un cartel en la frente

Ahora si, luego de días sin descanso, ni un segundo para nada, vuelvo a escribir. Si, este es un tema a tratar seguramente, el tiempo. Pero mejor sigamos el hilo de la cuestión y sigamos con el tema del embarazo, y como uno deja de ser uno mismo, y pasa a ser de todos. Aunque por otra parte, recuerdo viajar en transporte público con una amiga, y obviamente, no sentirme tan parte de todo. Haber si puedo expresarme mejor, cuando una está preñada (que palabra horrenda, pero hay que usar sinónimos, ¿no?) lo cierto es que en el primer trimestre es cuando una se siente peor. El mundo te da vueltas, y te dormís como una marmota en todos lados. Por consiguiente un viaje en colectivo o subte, no es la mejor experiencia que una pueda tener. Ahí, es cuando me planteo. ¡Que mierda quiere la sociedad de nosotras!; si señores y señoras, las madres puteamos (ampliaremos) Comprobé con una amiga de testigo, que la gente se hace la sota y hay que ir pidiendo el asiento a los gritos de: ¡Haber, haber quien le da el asiento a esta señora que esta embarazada! Y todos, con cara de sorprendidos, miran a tu panza, y obvio, no ven nada, si aún el pobre crío es un porotito. Haciendo las colas interminables para pagar impuestos, una tendría que llevar la ecografía pegada en su frente, así se evitaría disgustos innecesarios y riñas con viejas prehistóricas que se olvidaron de la época en que llevaban panzas, y ¡claro! seguramente... ¡fue hace 5000 años!
En fin, muy irónico, por un lado, el respeto a la mujer embarazada, que insisto, deja de ser mujer, y por otro la mirada dudosa en la fila del supermercado.
Conclusión, peleas más, peleas menos, y en algo una tenía que beneficiarse, la verdad que hacer todo tipo de trámites sin esperar, y que algún considerado te dé el asiento, ¡estaba buenísimo!

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